Bibian's

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La iaia

martes, 10 de mayo de 2016

La cámara de fotos

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 23/06/2016

Había aprendido a modelar con fondant haciendo figuras, flores y objetos pero no me había atrevido a dar forma a un bizcocho que, cubierto con fondant, pudiera imitar a algún objeto concreto y convertirlo en un apetitoso pastel.

Se acercaba el cumpleaños de Joan, que coincide con la festividad de Sant Joan  y se me ocurrió que el pastel tenía que  tener un motivo que le identificara de algún modo, además de representar a la “revetlla de Sant Joan”, fiesta popular en la que el fuego y la pirotecnia no pueden faltar.


Joan es aficionado a la fotografía y se me ocurrió realizar una copia de su cámara, rodeada de algunos cohetes de colores, serpentinas, matasuegras, bombetas y un poco del fuego de la hoguera de Sant Joan, como detalle verbenero.

Esculpir un bizcocho en forma de cámara de fotos no resultó nada fácil, con la cámara original al lado y un cuchillo en la mano, me dispuse a dar forma al bizcocho de chocolate que tenía delante. Había que trabajar con mucho cuidado pues si cortaba más de lo que era necesario podía estropear el bizcocho.


Con paciencia conseguí dar la forma deseada a aquel trozo de bizcocho. Después de cubrirlo con chocolate y fondant negro, fui añadiendo detalles de la cámara original.

La cámara ya era un pastel en sí misma pero su tamaño era insuficiente para todos los invitados por lo que preparé otro bizcocho rectangular rodeado de llamas de oblea que le hizo de base.


Al finalizar tenía ante mí un pastel de cumpleaños muy especial



viernes, 6 de mayo de 2016

Las flores de Oblea


14/ 06/15
A medida que voy realizando pasteles, encuentro límites en el fondant para conseguir algunos de los efectos que deseo. 

El fondant es un producto denso, con peso y aunque lo afine al máximo suele tener un cierto grosor. Buscando maneras de encontrar productos más ligeros me encontré con la oblea.

La oblea se puede encontrar de muchas maneras y una de ellas es en forma de hoja de papel. Suele ser rígida y se fractura con mucha facilidad por lo que hay que aprender a trabajarla para darle la forma deseada evitando que se rompa.

Pare ello decidí asistir al "curso de flores de oblea". Allí aprendí que la oblea se puede pintar de color, imprimir, recortar y dar la forma que se desea.Todo un mundo de posibilidades se mostraba ante mí.

Fue un curso divertido pero algo estresante. Suelo ser un poco lenta cuando trabajo en pastelería creativa, pues soy muy detallista y me gusta tomarme mi tiempo. Varias compañeras de curso iban tan rápidas que marcaban el tiempo de las demás en cada fase del proceso, lo que suponía respirar cierta tensión en el ambiente.

A pesar de ello conseguí unas hermosas y espectaculares flores, mucho más ligeras y de textura distinta al fondant.