16/05/2015
El taller que escogí para aprender, no solo da clases de pastelería creativa a adultos, sino que también los niños pueden asistir, ya sea solos o bien acompañados de un familiar.
El taller que escogí para aprender, no solo da clases de pastelería creativa a adultos, sino que también los niños pueden asistir, ya sea solos o bien acompañados de un familiar.
Teniendo una nieta a la que le encantan las manualidades, no dudé en apuntarla a uno de estos cursos.
Y allí estábamos, nieta y abuela, ante el reto de hacer un divertido dinosaurio.
El color lo escogió Jana (mi nieta) El rosa es su color preferido y no podía ser otro el color elegido para el temido monstruo.
Con mi ayuda, aunque escasa, fue cubriendo de chocolate el bizcocho. Después amasó y estiró el fondant hasta obtener una plancha de color rosa suficientemente grande para cubrir todo el cuerpo del dinosaurio.
Siguiendo las instrucciones de Tere, elaboró el cuello y la cabeza y así el pastel empezó a adquirir la forma de un divertido dinosaurio. Solo quedaba dar el toque personal de la pequeña artista que, a través de pequeños detalles, Jana no dudaba poner.
Se lo pasó increíblemente bien y el resultado fue este pequeño dinosaurio rosa elaborado por una niña de seis años que, orgullosa, lo mostraba ante la mirada atónita de sus padres.
Los niños siempre nos sorprenden con su habilidad al aprender y por su gran imaginación que, aplicada en la pastelería creativa les abre un nuevo, dulce y atractivo mundo por explorar.
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